Los últimos días del B.A.N.C.O.

Hace diez años un grupo de artistas limpiaron un banco abandonado en San Agustín, Ecatepec y lo transformaron en un centro cultural. BBVA Bancomer respondió a esa transformación presionando con enviar a la cárcel a uno de los miembros del colectivo si no entregaban el edificio

Los últimos días del B.A.N.C.O.
Jaqueline Parasolar, miembro del colectivo B.A.N.C.O., riega plants en la azotea del inmueble el 30 de noviembre del 2023.

ECATEPEC, ESTADO DE MÉXICO.– En la mañana del viernes 8 de diciembre, Israel Ortiz González cortó con una sierra la bisagra de dos rejas ornamentadas. Las dos puertas servían como la entrada del B.A.N.C.O., un centro cultural en la colonia San Agustín, en la periferia de la Ciudad de México, que ocupaba un inmueble que antes albergaba un sucursal de BBVA Bancomer. Mientras cortaba el metal oxidado, una docena de amigos, vecinos y trabajadores de la basura sacaban del edificio cajas de libros, cuadros pintados y plantas. Fue el último día del proyecto que tenía una década ofreciendo talleres y actividades culturales. Tras un proceso judicial repleto de irregularidades, la institución financiera reclamó el edificio y desalojó el colectivo B.A.N.C.O.

En 2013, una serie de asaltos provocó que los empleados de BBVA Bancomer abandonaran la sucursal sin avisar. El inmueble se volvió un basurero. Las paredes de cristal fueron rotas. Algunas personas dejaron animales muertos entre los vidrios estrellados. Se llenó de basura. Vecinos dicen que se volvió un foco rojo de delincuencia en la colonia.

Israel y sus amigos, que tenían un par de años organizando actividades culturales como parte el colectivo Reventón Cultural, decidieron limpiar el espacio. Pasaron dos semanas recogiendo. Llenaron cinco camiones de basura, pagando 500 pesos cada uno para retirarla. Empezaron a proyectar películas cada jueves, desde Disney a Buñuel. Acudieron vecinos de todas las edades.

Entre semana, el espacio se seguía llenando de basura. El colectivo juntó para ponerle rejas y puertas al edificio abandonado. Israel tenía experiencia soldando e hizo unas nuevas paredes reciclando metal del camión de fierro viejo.

Israel Ortíz González, un artista originario de San Agustín, Ecatepec, se asoma por las puertas de un banco abandonado que, junto con un grupo de amigos, convirtió en centro cultural. 6 de diciembre 2023.

El espacio era libre para quien quisiera hacer un proyecto. Vecinos de la zona empezaron a ofrecer talleres. Artistas de todo México y del extranjero llenaron sus paredes de murales. Los amigos le pusieron un nombre al espacio: Nuestro Barrio Con Arte, Cultura Organizado, el B.A.N.C.O.

“Hubo un momento que hubo 40 o 50 talleres,” Israel recordó. “Quien llegaba lo sumábamos: ‘quiero dar un taller, sí dale. Quiero hacer esto, sí hazlo.’”

Entre la oferta había cursos de regularización escolar, talleres de mecánica de bicicletas y un diplomado de tanatología. Plantaron un huerto. Juntaron libros para una biblioteca. Organizaron encuentros de mujeres. Pusieron una “gratiferia”: un carrito donde vecinos dejaban ropa que no usaban para quien quisiera llevársela. Rescataron perros y gatos, y realizaron jornadas mensuales de esterilización de mascotas. Hace poco alcanzaron los 2,000 animales esterilizados, por lo que los vecinos señalan que ya no hay tantos perros abandonados en las calles de San Agustín.

Los miembros del colectivo B.A.N.C.O. rescataron perros y gatos de la calle y emprendieron una campaña de esterilización por la que se redujo la población de perros abandonados en la colonia. 6 diciembre 2023.

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En octubre del 2022, un representante de BBVA Bancomer contactó a Israel. Citó a los integrantes del B.A.N.C.O. a una reunión en unas oficinas en Reforma. Ahí les plantearon una propuesta.

“Nos dijeron que no querían un periodicazo que Bancomer está saqueando a artistas,” Israel recordó. El representante de BBVA ofreció donarles el espacio si se conformaran como asociación civil.

Lo debatieron y empezaron el papeleo para hacer la A.C.

Pero poco después empezaron a recibir amenazas. El 16 de diciembre del 2022, un grupo de personas desconocidas interrumpió en el espacio.

“Nos decían que nos querían desalojar, que venían del parte del banco, pero no traían ningún documento que dijera eso,” Israel recordó.

En marzo, el colectivo tuvo una segunda reunión con Bancomer. Los representantes les dijeron que ya no podían donarles el espacio. Se deslindaron de sus promesas anteriores, diciendo que el tema ya estaba en las manos del área judicial de la institución.

En la madrugada del 26 de abril 2023, llegó de nuevo un grupo de personas no identificadas a intentar desalojar el B.A.N.C.O. Israel se encontraba solo en el espacio. Se metieron y robaron equipo de audio, cámaras, esculturas y herramientas. Vinieron vecinos a apoyarlo y lograron que el grupo de choque se fuera.

Entregar el espacio implicó desmantelar el huerto y sacar cientos de libros, cuadros y material artístico. 6 diciembre 2023.

En junio del 2023, un funcionario de la fiscalía del Estado de México llegó al B.A.N.C.O. Avisó a Israel que tenía un audiencia dentro de pocos días. Ahí Israel se enteró que BBVA Bancomer tenían dos procesos judiciales en su contra, uno civil y uno penal. Lo acusaba de delitos contra la seguridad de la propiedad.

Cuando recibió la carpeta de investigación, Israel vio que BBVA Bancomer había puesto las dos denuncias en agosto del 2022, dos meses antes de ofrecer la donación del inmueble al colectivo B.A.N.C.O. También notó que las declaraciones que componían la carpeta eran falsas. Entre ellas estaba la de una agente del ministerio público que declaró que visitó el inmueble el 16 de diciembre del 2022. El funcionario alegó que se presentó a Israel como elemento de la policía de investigación del Estado de México. Pero tal encuentro nunca sucedió. No les visitó ese día un agente del ministerio público: vino el grupo de choque.

Tras una serie de audiencias, se fijó la fecha del juicio para febrero del 2024. El juez de control Ricardo Cárdenas Francisco consideró que Israel tenía riesgo de fugarse, y como medida cautelar, le impuso una fianza de 80 mil pesos que debía pagar el 16 de noviembre del 2023. Si no lograba entregar el dinero, Israel podría ser detenido. La sentencia estimada por el delito fabricado contra Israel es de siete años en la cárcel.

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Pasó la fecha límite para pagar la fianza. No la entregaron. Israel y sus compañeros todavía esperaban encontrar una forma de quedarse en el espacio.

El jueves 30 de noviembre llegaron las talleristas a dar sus clases habituales. Entre ellas estaba María Esther Gonzalez Díaz, que llevaba ocho años dando clases de costura y herbolaria en el B.A.N.C.O. Tiene 50 años viviendo en San Agustín, y desde que se creó el centro cultural, dijo, “hay más oportunidades que las personas aprendan a hacer algo.”

Con el cierre, dijo, “a varia gente le va a quitar el empleo.” Explicó, “vienen varios maestros a dar clase, muchos vienen de lejos por la economía. Buscar otro lugar donde le den permiso a uno, sí, pero es pagar una renta.”

El 2 de diciembre se hizo una fiesta para celebrar el décimo aniversario del B.A.N.C.O. Asistieron vecinos y amigos de la Ciudad de México, entre ellos las promotoras culturales Marisol Mendoza y Lupita la Cigarrita de las Musas Sonideras. Un equipo de audio morado se alzaba sobre la pista donde los asistentes bailaban cumbia y tomaban pulque.

El DJ Mexican Sound System acompañaba el baile en la última fiesta del B.A.N.C.O. 2 diciembre 2023.

En una pausa entre canciones Israel tomó la palabra. “Todos los que estamos aquí estamos cometiendo un delito por ocupar aquí este espacio,” dijo.

Lupita agarró el micrófono.

“Esto no se vale, porque esto es cultura,” insistió la mujer diminuta. “Vamos a defender este lugar a capa y espada. Este lugar, nadie, absolutamente nadie, se los va a quitar.”

Pero aunque pagaran la fianza, los miembros del colectivo sabían que la posibilidad de ganarle el caso a una empresa como BBVA Bancomer era poca o nula. Ya vivían en tensión constante por la situación. El jueves 7 de diciembre el vicefiscal regional de Ecatepec Martín Marín Colín se reunió con Israel y un representante legal de BBVA Bancomer. Acordaron que BBVA desistiría de las demandas e Israel entregaría el espacio el siguiente día.

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El día del desalojo, dos representantes de BBVA miraban desde la banqueta mientras los compañeros reunidos vacíaban el espacio. Comentaban que no creían que se volviera a abrir otro sucursal en el lugar.

“Los asaltaban mucho,” dijo uno. No sabía qué uso se tenía contemplado para el inmueble. “Tendremos que evaluarlo.”

En el patio crecía la pila de plantas y cuadros. Los abogados entraron a revisar el espacio. Tomaron fotos de las paredes de tablaroca deteriorada y los murales.

Los amigos y vecinos miraban mientras Israel y los representantes legales firmaban los papeles. Una señora mayor se acercó a uno de los abogados y tocó su brazo.

“A usted no le gusta la comunidad de San Agustín?” preguntó.

“No tengo el gusto de conocerlos,” contestó.

“No tiene que conocerlos. Estos acuerdos se tienen que hacer con la comunidad, señor,” respondió la señora. “Y darle gracias a él y a muchos que vinimos a limpiar su cochinero que dejó.”

“¿Quién va a pagar las violaciones que se hicieron aquí? ¿La delincuencia que había mientras no había nadie, quién nos la va a pagar?” preguntó un joven. “Ganó la corrupción, pero somos una comunidad, no un espacio.”

“Toma tu banco, corruptos,” escupió otra mujer.

Salieron del edificio. Aplaudieron. Agarraron las últimas plantas y se fueron.

Amigos y vecinos del B.A.N.C.O. esperan mientras se firma el papeleo de entrega del inmueble. 8 diciembre 2023.
El abogado representante de BBVA Bancomer y un hombre que los integrantes del B.A.N.C.O ubicaron como el líder de un grupo de choque se quedaron en el espacio vació. 8 diciembre 2023.

El abogado se plantó en la entrada, ahora sin puertas. A su lado se quedó otro hombre que los miembros del B.A.N.C.O. identificaron como el líder del grupo de choque que interrumpió en el espacio el 26 de abril.

Los perros les devolvieron la mirada. Afuera se quedó el carrito de la gratiferia. Dos vecinas llegaron a esculcar la ropa frente al esqueleto del lugar vacío.